Queridos amigos, dentro de mi sección de entrevistas a emprendedoras hoy os traigo a Lola Marques, que es logopeda de profesión y se trae un precioso proyecto entre manos a través del cual compartimos editorial y por eso nos hemos conocido. Lola nos habla sobre el desarrollo del lenguaje en nuestros niños y cómo estimularlo.

Según cuenta Lola:

Cuando hablo con los padres sobre el desarrollo de sus hijos, sobre de todo de lo relacionado con el lenguaje, habla y comunicación, suelo insistirles en la importancia de una buena estimulación.

Les hablo de lo fundamental que es que vayan superando etapas, siguiendo una detrás de otra sin saltarse ninguna. Aquí me viene muy bien poner un ejemplo de cuando los bebés comienzan a arrastrarse. Rápidamente queremos ponerles en pie y parece que nos apremia que anden ya. Tranquilos, cada cosa a su tiempo. No os imagináis lo importante que es el gateo para otros aspectos del aprendizaje, como será posteriormente la lectoescritura. Quizás a veces queremos que corran demasiado y, otras, no le damos la importancia que requiere. Y es que muchas otras veces podemos pensar que van a tener todo el tiempo del mundo, pero depende para qué funciones, el tiempo nos apremia. Mantenerse en equilibrio siempre suele ser un buen punto.

¿Cada niño tiene su ritmo?

El tema de los periodos críticos y sensibles es algo que no debemos tomarnos a la ligera, (ya hablamos de ello en este artículo del blog). Durante estos periodos, que se dan en los primeros años de desarrollo del niño, el cerebro tiene mayor plasticidad para aprender funciones como el lenguaje y es sensible a los estímulos ambientales. Podemos influir en él y estimular al niño, haciendo que aumente el número de conexiones entre las neuronas. Cuando no se reciben los estímulos necesarios, puede que no se desarrollen las funciones implicadas.

Podemos decir que cada niño tiene su ritmo, tiene un momento de maduración diferente, sí. Pero yo siempre defiendo que es mejor prevenir que curar.

¿Qué quiere decir eso?

Hemos visto que hay unos periodos en los que el aprendizaje es más favorable. En el caso del lenguaje, el tiempo nos apremia. Ese periodo suele ser hasta los 5 o 6 años. Pasado este tiempo, no significa que no se siga desarrollando la capacidad lingüística, pero para ello debemos haber desarrollado una base amplia de nuestro idioma materno. Así que, sí, el periodo de maduración de cada niño es diferente, pero si sospechamos que un niño pueda tener alguna dificultad o no esté desarrollando adecuadamente ciertos aspectos, lo mejor siempre es acudir a un profesional, ya que los primeros años disponemos de un tiempo maravilloso que debemos aprovechar.

El uso de signos para bebés es una excelente forma para estimular a nuestros hijos y/o alumnos, ya que, aparte de los beneficios propios de ello (como reducir la frustración…), añadimos otros como son coordinación, motricidad, conexión entre hemisferios y, cómo no, comunicación temprana. Además, los niños a los que se les enseña signos suelen desarrollar antes el lenguaje oral.

Por otro lado, si pudiéramos encontrarnos ante un niño con dificultades de aprendizaje, el hecho de usar signos hace que facilitemos la comunicación, lo cual debe ser nuestra prioridad.

¿A quién me dirijo si pienso que mi hijo puede que no está aprendiendo a “hablar” como debería?

Igual que cuando no vemos bien vamos al oftalmólogo, o cuando tenemos problemas en el pie vamos al podólogo, los logopedas somos los encargados de “evaluar, diagnosticar, pronosticar, rehabilitar y prevenir los trastornos de la comunicación humana. E intervenimos durante toda la vida, desde neonatos hasta tercera edad”.

Y para ayudar a desarrollar el lenguaje y practicar la pronunciación, tienes un proyecto entre manos, ¿no?

Sí. Actualmente estoy metida en una campaña de crowdfunding para publicar un libro infantil ilustrado que trabaja todos estos conceptos.

La R tiene mucho cuento es un libro de cuentos pensado para practicar la pronunciación, favorecer el desarrollo del lenguaje oral y escrito y el interés por la lectura a través del juego. Consta de tres cuentos cortos con una alta cantidad de palabras con la letra erre en sus tres formas (sonido fuerte, suave y sílabas trabadas). Muchas de ellas se sustituyen por pictogramas (dibujos sencillos) para facilitar la comprensión, practicar la pronunciación y gamificar la lectura.

Los cuentos están narrados en versos sencillos, lo cual ayuda también a perfeccionar la dicción, además de todos los otros beneficios de la poesía infantil (estimulación sensorial, desarrollo de la memoria creatividad, conciencia fonológica, discriminación auditiva…).

Además, el contenido de los cuentos también está pensado para promover valores y, sobre todo, para que los peques se diviertan, porque eso es lo que va a hacer que quieran seguir practicando.

Muchas gracias Lola por compartirnos toda esta información, ¡mis mejores deseos para el crowdfunding!

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