Querida IBCLC, ¡lo hemos conseguido!

A pesar de todo lo que me apasionan los temas sobre maternidad y crianza, sobre lo que he leído y me he formado, de ser madre ya de una hija de seis años, cuando nació mi segundo bebé todo fue diferente, y a las 24 horas me quería morir con la lactancia, tenía los pechos en carne viva y un dolor terrible en mi corazón.

Sin embargo, mi pequeño cumple hoy seis meses, y puedo decir con orgullo que hemos logrado nuestro más ansiado reto: lograr mantener la lactancia materna exclusiva hasta este momento, tal y como recomienda la Organización Mundial de la Salud, (si quieres saber más lee este enlace de la OMS).

lactancia materna exclusiva

La verdad es que no me lo puedo creer. Con mi hija mayor no lo logré, estuvimos con lactancia mixta desde que nació, ya que fue algo prematura y le costaba mucho mamar, no tenía fuerzas y se quedaba dormidita, y ya en el hospital me metieron el miedo en el cuerpo.. una pena la falta de información de los profesionales, porque precisamente siendo prematura lo que mejor le habría venido es sin duda la leche materna con todas sus defensas..

Con mi hijo todo ha sido muy diferente. Desde el propio parto, el cual fue de lo más natural y respetado, (lo contaba en esta otra entrada del blog), el estado de tranquilidad y seguridad, el empoderamiento con el que me enfrenté a todo el proceso, el poder hacer el piel con piel y sellar el vínculo afectivo las primeras horas.. ¡de las experiencias más intensas de mi vida!

Pero aún así, y tal y como contaba al principio, el inicio de la lactancia fue realmente duro. Dicen que amamantar nunca debe doler, que debe ser una experiencia placentera tanto para el bebé como para la mamá, (y la oxitocina está ahí para algo). Con mi hija yo lo recordaba así, aunque también fue difícil y no lo logramos al 100 % nunca tuve ninguna molestia, ni las temidas grietas, mastitis.. nada. Mi hijo me hizo heridas en las primeras horas, cosa totalmente inesperada para mi, porque no siendo primeriza y habiendo tenido una buena experiencia previa no daba crédito a lo que estaba pasando. Pero claro, cada niño es diferente, y seguramente tuvimos un “mal agarre” desde el principio, lo que fue la causa de esas heridas en mis pechos..

Recuerdo que me dolía tanto que cuando me le acercaba no sabía qué pecho elegir, era como una ruleta rusa, (“pito pito gorgorito” como dice mi hija para elegir algo al azar). Tengo grabada una imagen en la que una vez al soltarse del pecho le vi la boca llena de sangre mezclada con leche, pero a él no parecía importarle.. Yo sin embargo, me sentía fracasada, y totalmente convencida de que no iba a ser capaz, y quería rendirme ya en el hospital.. Menos mal que tuve un ángel, o varios, que estuvieron allí para iluminarme el camino..

Mari Cruz Manrique

En primer lugar mi pareja, que cuando le dije que dudaba de si continuar o no él respetó al cien por cien mi decisión, pero me recordó las ganas que yo tenía de lograr una lactancia feliz y exitosa.. Y después vino ella, mi querida IBCLC, Mari Cruz Manrique Díaz, compañera de nuestra asociación de crianza, que por suerte en aquel momento estaba ya trabajando como TCE de neatología y pediatría del Hospital Universitario Puerta del Hierro.  Vino para eliminar todas mis sombras, mis dudas y mis miedos, y vino para empoderarme de nuevo y encaminarme hacia un camino lleno de luz. Allí mismo en el hospital me corrigió la postura, que aunque parecía buena no lo era del todo, como ella misma dice “muchas veces es cuestión de milímetros”.. Y esa pequeña diferencia puede ser la línea roja entre el dolor y el placer, el comienzo de las heridas, las grietas..etc

La pena es que aún habiendo dado a luz en un hospital “amigo del niño” o con certificación IHAN, hubiera tan poco personal bien formado y actualizado en materia de lactancia materna, y sobre todo siendo tan importantes los primeros momentos.. Es cierto que recibí mucha más ayuda de la que en su día recibí con mi hija, pero aún así los consejos quizá no fueron los mejores.. Se sigue recomendando por defecto el Purelan y las pezoneras, cuando hay muchas más soluciones que esas, y sobre todo más eficaces.

grietas lactancia

Las heridas tardaron bastante tiempo en curarse, yo creía que nunca lo iban a hacer.. Iba por casa con los pechos al aire para intentar que cicatrizaran pronto, pero cada enganche seguía siendo doloroso y tenía que morder y apretar los puños.. Pasaban los días y tenía los pechos increíblemente sensibles, me dolían hasta con el más mínimo frío de la calle cuando salía a pasear con mi bebé, y hasta cuando me caía el agua de la ducha.. ¡Pero logré superar todo!

Y desde aquí me gustaría expresar mi más sincero agradecimiento a mi ángel, a mi querida compañera, a la que nos ha ayudado a mi bebé y a mi a salvar nuestra lactancia. Tras varias visitas y reuniones del grupo de apoyo fuimos corrigiendo fallos, relajándonos mi bebé y yo, aprendiendo nuevas posturas, a hacer tomas más eficaces.. Solucionamos pequeñas ingurgitaciones y definitivamente el tema del dolor.

lactancia materna exitosa

Después llegaron las crisis de lactancia, los famosos brotes de crecimiento, momentos duros en los que se producen también la mayoría de los abandonos de la lactancia materna por falta de información. Aprendí la “regla del 3-6”, ya que estos baches se suelen dar siempre en unas fechas más o menos similares en todos los lactantes: a los quince días, a las 6 semanas, a los 3 meses, (esta es de las peores), a los seis.. puedes leer más información sobre esto aquí.

Y a día de hoy hemos llegado a los seis meses de mi bebé manteniendo la lactancia materna exclusiva., todo un logro que ha significado un gran esfuerzo, y que por ello tengo ganas de gritar a los cuatro vientos: ¡se puede! No voy a enumerar aquí todos los beneficios que tiene la lactancia materna, (ya hay muchísima información escrita sobre ello y fuentes muy fiables para toda aquella persona que quiera leer), y no sólo a nivel físico, sin no también neuropsicológico, tanto para el bebé como para la madre. 

Sólo me gustaría animar a todas las madres en su camino, a pesar de lo duro que pueda ser. Es necesario tener información actualizada, buscar un grupo de apoyo, una IBCLC cuando sea necesario, rodearse de personas que te apoyan y te ayudan a tener las cosas claras y no caer en la trampa del biberón fantasma, y sobre todo te dan energía para superar los momentos de flaqueza, aquellos en los que te dicen que “a ver si vas a tener poca leche“, que “tu leche no alimenta” o que “a los cuatro meses ya es agua“…

Gracias infinitas a la vida por poder disfrutar de algo tan bello.

lactancia feliz

 

Un abrazo,

Firma y web

 

 

 

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