Queridos amigos,

Hoy tenemos de nuevo el placer de leer un guest post de nuestra colaboradora Raquel Villaescusa, que como ya os comentamos en su anterior artículo es doula, coach familiar sistémico y acompañante de procesos de cambio, es un tema que nos trae de cabeza muchas veces a los padres y que a veces un simple cambio de enfoque puede hacer ver las cosas de otra manera.. estoy segura de que os va a encantar!

¡Ahí va!

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¿Sientes que algunas situaciones de rabietas con tus hijos te superan? ¿Sabes que podrías afrontarlas de otra manera, pero no sabes cómo? ¡Necesitas herramientas y conocimientos para abordar las rabietas de tu pequeño desde el amor y el respeto! La rabieta no tiene porqué ser algo negativo cuando comprendemos su origen, proceso y evolución. Podemos recibirlas desde la armonía, transformarlas en un momento de calidad y cercanía con tu hijo. Solo hace falta que recuerdes cosas que ya sabes…
Rabietas
Foto de Paul David cortesía de Flickr

 

Las rabietas son parte de la vida de casi todos los niños. Tienen un significado evolutivo. Son una herramienta para aprender a manejar la tolerancia a la frustración y desarrollar su autoestima, a reconocer y gestionar sus emociones y las de los demás, una señal de crecimiento, por lo tanto son necesarias. Sus motivos siempre son lícitos, aunque no tengan razón. Simplemente ellos no lo saben…

Para acceder a ellos de una manera sana y ayudarles a resolver las rabietas tenemos que deshacernos de las falsas creencias sobre los niños y ser más aperturistas en nuestra interpretación como adultos de sus conductas. ¡Acordémonos de cuando éramos niños! ¡Qué nuestras expectativas sean reales! ¡Descubramos el manual oculto que cada uno de nosotros tenemos de cómo ser padres! ¡Dejemos paso a lo innato, al instinto, a la naturaleza, al vínculo y el apego entre padres e hijos… respetémoslo, amémoslo! Porque lo que reciban de nuestra parte nuestros hijos en los primeros cinco años de su vida será los cimientos de su vida de adulto.


Simplemente distingue lo que es tuyo y lo que es suyo, tanto en lo material como en lo emocional, establece normas y rutinas básicas, desarrolla alternativas al castigo, el grito y el azote, recuerda que necesitan escucha activa y atención plena, déjale una ruta de escape digna, acompáñale en esos momentos de desesperación, porque a veces no es necesario hacer ni decir nada, no te dejes desbordar por el miedo a no conseguirlo porque tu puedes hacerlo, desde la empatía, el amor y el respeto, y partiendo de la base de que los niños no actúan por maldad sino por desconocimiento… y luego enséñales todo lo que has aprendido en este viaje, y así, a medida que pierdan el miedo a lo desconocido y renueven la confianza en los suyos, dejarán de necesitar tanta reanimación, dejarán de ser necesarias las rabietas para manifestarse.

Raquel Villaescusa

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Mil gracias Raquel por este estupendo artículo, espero que este sea el comienzo de una bonita colaboración a largo plazo. Un abrazo enorme!

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