Llegan las fechas especiales: Halloween, el Día de los Difuntos y el Día de Muertos.
Fechas en las que recordamos a nuestros seres queridos, en las que lo terrenal y lo espiritual se unen más que nunca.
Parece que ya hemos importado Halloween en nuestra cultura, cada vez son más comunes las fiestas, decoraciones y disfraces tenebrosos.
Sin embargo, no tiene por qué gustarle a todos..
¿Cómo pueden afectar los disfraces a nuestros niños y niñas?
Recordemos que durante los primeros años de vida les es difícil diferenciar la realidad y la fantasía, algo de lo que hablamos mucho en la pedagogía Montessori.
En este sentido, me parecen maravillosas las palabras de Romina Perez Toldi, pedagoga especializada en primera infancia, mujer que está al frente de Teta-à-Porter / Pedagogías del Cuidado.
¿QUÉ IMPLICA DISFRAZARSE?
Disfrazarse es transformarse, es ser otra cosa, sentirse y mostrarse distinto, nos confiere una actitud y un estado de ánimo particular.
Disfrazarse puede ser muy divertido como puede ser incómodo, inquietante y/o terrorífico cuando no es deseado.
Además, cuando nos disfrazamos, los otros empiezan a tratarnos distinto conforme a nuestro personaje.
Disfrazarse es una vivencia que puede llegar a ser muy intensa y que por eso mismo debería poder ser elegida por el infante y cuidada por los adultos cercanos.
Pero no todos los niños quieren disfrazarse y participar…
Pero cada año se repiten las escenas niños y niñas que lloran angustiados porque se ven forzados a disfrazarse o porque no comprenden lo que sucede a su alrededor cuando los adultos de confianza aparecen disfrazados o con comportamientos extraños.
¿Es necesario? ¿Puede haber otra forma de celebrar que no implique forzar a niños y niñas transformarse en algo que no comprenden o que les incomoda o que les hace sentir angustiados?
Existen otras propuestas mucho más abiertas y que no dejan de lado la transmisión cultural sin necesidad de colocar a niños y niñas en situaciones que puedan resultar violentas.
Un rincón, ambiente o espacio con elementos sencillos de disfraz y algunas telas donde puedan experimentar en la medida que cada cual quiera (este tipo de elementos puede permanecer todo el curso y apoya el juego simbólico).
Leer cuentos y cantar canciones tradicionales.
En la medida de cada edad se puede ir hablando del tema, ya sea de forma individual, en pequeño grupo o en gran grupo para la primaria o los últimos cursos de infantil.
En casa y en familia se puede hacer lo mismo y en el caso de que decidan disfrazarse tened en cuenta que en el último momento pueden cambiar de opinión o querer quitarse el disfraz y que esa decisión debe ser respetada por ser algo muy íntimo.
Disfrutemos de una celebración respetuosa donde todos y todas podamos sentirnos cómodos.
Opciones respetuosas para estos días
¿Y si mi peque no quiere disfrazarse? ¿Y si le da miedo? Esto me ha pasado en casa y, por ejemplo, mi hijo pequeño con 8 años es la primera vez que ha querido disfrazarse, cuando ha estado preparado.
En vez de forzarle, podemos hablar sobre el miedo, una emoción perfectamente válida (y comprensible en este entorno de criaturas terroríficas y adornos tenebrosos) así como del significado de la fiesta para que la disfruten a su manera.
¿Qué origen tiene cada fiesta?
Halloween tiene raíces celtas en la fiesta del fin de la cosecha o Samhain, de ahí las calabazas. También está el recuerdo a los seres queridos que ya no están. Así los sentimos más cerca. Puede ser una oportunidad para hablar de la muerte.
La tradición cristiana conservó la fecha para celebrar el Día de los Difuntos o el Día de Todos los Santos. Honramos a quienes ya no están con nosotros y les homenajeamos. De hecho, Halloween podría venir de All Hallows Eve (víspera de Todos los Santos).
En mi querido México se celebra el Día de Muertos, una mezcla de tradiciones prehispánicas y católicas. Las calles se llenan de flores naranjas, se adorna el ambiente con calaveras decoradas, se hacen ofrendas, se prepara el pan de muerto, se ponen velas y se hacen altares con el retrato de los seres queridos, con comida para que sintamos que festejan con nosotros. La película de Disney Coco lo representa bastante bien.
Por favor, estos días estemos atentos a las emociones de nuestros peques, y sobre todo, respetemos sus decisiones.
Tengamos presente que hagamos lo que hagamos finalmente en cuanto a disfraces, altares o fiestas, lo único importante en estos días es que nos unimos para conectar con nuestros recuerdos de los que ya no están. Nos abrazamos y celebramos también la vida.
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Me ah servido de mucho su material le agradezco infinitamente.