Muchas veces los padres nos sentimos retados o desafiados por nuestras criaturas, es cierto que la crianza es agotadora y mucho más en esta sociedad en la que vivimos en la que prima la cultura de la velocidad y hay poco tiempo para fomentar vínculos en familia y cultivar esa conexión tan necesaria.
Es importante entender que el comportamiento es sólo lo que vemos, la punta del iceberg, pero detrás de una determinada acción siempre hay una creencia errónea o una necesidad no atendida.
La metáfora del iceberg que utilizamos en los cursos de Disciplina Positiva y que hemos puesto como cabecera de este artículo lo explica realmente bien, fíjate en ella. 😉
A todos los padres nos preocupa mucho cómo alcanzar el equilibrio entre libertad y límites, porque podemos caer en uno de los extremos (autoritarismo o permisividad), pero, tal y como decía Maria Montessori.
Libertad y disciplina son dos caras de una misma moneda: no puedes tener una sin la otra.
La Disciplina Positiva encaja a la perfección con la Pedagogía Montessori, ya que nos ofrece muchísimas herramientas para saber cómo actuar para educar con firmeza y a la vez con cariño.
Un poco de historia sobre la Disciplina Positiva
Esta corriente tiene su origen en lo que conocemos como psicología humanista, que comenzó en la década de los 60 gracias al trabajo de Abraham Maslow y Carlo Rogers, que empezaron a enfocarse en entender a la persona y cuáles son sus necesidades básicas (también lo llamaban “tercera fuerza“).
Posteriormente el doctor Alfred Adler (A1870 – 1937) , médico y psicoterapeuta austriaco, introdujo en 1920 introdujo la idea de educación para padres, invitando a tratar a los niños con un enfoque democrático, amor y respeto.
Alder es el fundador de la Psicología Individual, presenta la vida psíquica como unidad indivisible, a diferencia de la idea de Freud de las instancias psíquicas (el Yo, Súper yo, y Ello) que estaban divididas y luchaban entre sí.
El doctor Rudolf Dreikurs (1897 – 1972), discípulo de Alder, psiquiatra y educador austriaco, lideró uno de los centros de orientación y en 1930 llevó estas técnicas a los salones de clase norteamericanos. Realizó una importante contribución al aportar un enfoque pedagógico a las investigaciones de Adler y su enfoque sobre la educación infantil y juvenil tomó el nombre de “Educación Democrática”.
Un poco después, las doctoras Jane Nelsen y Lynn Lott, ambas psicólogas e investigadoras, han contribuido a difundir esta metodología por todo el mundo, dando conferencias y publicando numerosos libros.
Lo importante de todo esto es que Alfred Adler y Rudolf Dreikus desarrollaron un modelo propio de psicoterapia basada en fomentar la necesidad de pertenencia y conexión. Como seres humanos que somos, necesitamos vincularnos, y por tanto la mayoría de lo que hacemos en nuestro día a día tiene que ver con construir relaciones y sentirnos valiosos.
El ser humano es una criatura social, que se mueve holísticamente hacia metas. Su objetivo final es una idea subjetiva de pertenencia y autoestima. Alfred Adler.
“Un niño que tiene un mal comportamiento es un niño desalentado”. Rudolf Dreikus.
Por tanto, esto nos ayuda mucho a entender que lo que llamamos “mal comportamiento” en la infancia es en realidad una búsqueda de conexión que por una u otra razón no se logra satisfacer, en ocasiones porque los niños aún están aprendiendo y puede que utilicen un enfoque poco adecuado o tengan creencias erróneas (también llamadas no adaptativas).
Las metas equivocadas
Este término se acuñó dentro de la Disciplina Positiva para describir una serie de actitudes o creencias desadaptativas de los niños y niñas cuando desarrollan dificultades de relación con otros niños o adultos.
Esto se ve muy bien con un ejemplo: un niño es hijo único y se siente querido, pero en el momento en que nace un hermano pequeño no termina de entender cuál es su rol en la familia, puede sentir que no tiene todo el amor de sus padres que tenía antes, y que para encontrarlo tiene que hacer “cosas de bebé”, pudiendo llegar incluso a dejar de controlar esfínteres si ya lo hacía o a tartamudear.
En realidad, lo que sucede en el cerebro del niño es que está realmente confundido, y desde una perspectiva muy primitiva e inconsciente, cree que si se muestra excesivamente demandante, más torpe o resentido, recibirá la atención que tanto necesita de sus seres queridos.
Tenemos que entender que esto les lleva a un gran sufrimiento interior, y por eso es muy importante entender cuál es la creencia errónea que está detrás de ese comportamiento, y tomarnos el tiempo de explicar las cosas y volver a establecer una conexión de seguridad.
Es importante saber que los niños y niñas desarrollan estas creencias o patrones neurológicos durante su primera infancia, mucho antes de que puedan razonar e interpretar correctamente las situaciones, y por ello tienen dificultades para regular sus comportamiento y emociones de forma efectiva, pero no son responsables de desarrollar estos patrones o metas equivocadas.
La Lógica Privada que desarrollamos en nuestra infancia es la forma en la que vemos e interpretamos el mundo según nuestras experiencias. Es muy común que dentro de este desarrollo se incluyan ideas o interpretaciones equivocadas en la búsqueda de conexión a partir de las experiencias vividas los primeros años de vida, lo cual será el origen de ese “mal comportamiento“.
Si nosotros como adultos nos esforzamos en ser capaces de entender cuál es su Lógica Privada podremos explicarles cuáles son sus creencias erróneas para que puedan sentirse bien e interpretar lo que sucede con conductas más adaptativas que no les generes sufrimiento ni desconexión.
Las 4 metas equivocadas
- Atención excesiva
Es el deseo de todo niño, tener la atención de sus seres queridos. Generalmente buscan llamar la atención de manera adecuada, sin embargo si sienten que lo que hace no tiene efecto, entonces prueban con el mal comportamiento, lo que generalmente les da buenos resultados. El mensaje es “soy importante sólo cuando tengo atención”.
- Necesidad de poder
El niño busca sentirse importante haciendo lo que él quiere. Los padres suelen discutir con el niño, él se torna provocador, los padres se descontrolan y entran en una lucha por el poder. En este caso, el mensaje es “soy importante sólo cuando tengo el control, estoy al mando o cuándo gano”.
- Revancha
En este caso, el niño se siente herido, resentido, desplazado, que no es importante. A través de su comportamiento revanchista devuelve el daño que “cree” le han hecho. El mensaje es “Me duele no ser importante, por eso te lastimo”.
- Insuficiencia
El niño que demuestra insuficiencia, responde pasivamente o no responde a nada, anticipa sus fracasos y se rinde con facilidad. Hay niños que tienen la creencia que realmente no pueden hacer nada y otros se han dado cuenta que demostrando insuficiencia logran atraer la atención de los padres. en ambos casos, el mensaje es “solo si necesito tu ayuda, seré importante”.
Tabla de metas equivocadas de la Disciplina Positiva
Esta tabla la conocí en mi primer curso de Disciplina Positiva cuando vivía en México. Al principio la veía algo difícil de entender, pero con el tiempo leyendo el libro de Jane Nelsen “Cómo educar con firmeza y cariño” y formándome después con Marisa Moya me parece oro puro, porque podemos entrar por cualquiera de las filas, por ejemplo, cómo nos sentimos nosotros como padres, y así entender cómo se sienten nuestros hijos y cuál es su creencia errónea, para así saber cómo actuar.
ATENCIÓN EXCESIVA
Creencia del niño
“Si no me hacen caso en todo momento no soy importante, por lo que tengo que llamar la atención.”
Sentimiento de padres
Nos sentimos agobiados o atosigados en exceso y finalmente frustrados y realmente irritados con el niño debido a esa demanda constante.
Reacción inicial del niño
Cuando el niño ve la reacción de su progenitor se detiene temporalmente, pero aumenta su inseguridad y vuelve a demandar atención.
Cómo abordarlo
La mejor manera de abordar esta creencia es dar al niño ratos de atención plena seguidos de ratos de tiempo libre. Establecer normas y tiempos desde el amor y no atender reiteradamente a las llamada de atención.
NECESIDAD DE PODER
Creencia del niño
“Para sentirme conectado tengo que mandar y controlar todo lo que ocurre a mi alrededor.”
Sentimiento de padres
Nos sentimos retados o desafiados, provocados y en muchos casos controlados o incluso amenazados por nuestro hijo.
Reacción inicial del niño
El niño puede intensificar sus respuestas cuando ve que sus padres intentan someterlo o dominarlo, por lo tanto continúa la lucha de poder.
Cómo abordarlo
La mejor opción es mantenernos firmes sin pelear ni someter. Podemos pedir al niño que nos ayude, que nos ponga las cosas fáciles o darle opciones entre las que elegir para que se sienta poderoso y en control.
REVANCHA / VENGANZA
Creencia del niño
“Mi padre o mi madre solo me entiende cuando le hago sentir como me hacen sentir a mí”.
Sentimiento de padres
Nos sentimos muy dolidos e incluso tristes o asustados porque no entendemos que nuestro hijo nos quiera dañar.
Reacción inicial del niño
Si nos enfrentamos al niño intensificará sus comportamientos dañinos (reprocharnos, faltar al respeto, gritar o incluso romper cosas.. etc).
Cómo abordarlo
Es fundamental reconocer el dolor del niño, disculparnos por las cosas que le molestaron. Desarrollar un estilo de educación sin castigos o represalias que aviven sentimiento de rencor y necesidad de venganza.
SENTIMIENTO INSUFICIENCIA
Creencia del niño
“Mis padres me ven cuando me muestro incapaz, por tanto tengo que actuar como un bebé“.
Sentimiento de padres
Nos sentimos desesperados y frustrados al ver que nuestro hijo tiene dificultades con cosas sencillas.
Reacción inicial del niño
Si nos mostramos críticos o frustrados el niño tiende a acentuar su incompetencia o pasividad para hacer notar toda la “ayuda” que necesita.
Cómo abordarlo
Evitar críticas y reacciones de frustración. Ofrecer pequeños pasos o tareas que sí pueda realizar y sentirse satisfecho de sí mismo. Tener muy presente reconocer los logros cuando aparezcan.
Para mí, lo más bonito e interesante de todo esto es que la psicología individual no es determinista, por tanto, aunque un niño o una niña puede haber desarrollado una creencia errónea en su infancia e incluso que le haya acompañado hasta la adolescencia, nosotros como padres, podemos a través de este análisis profundo ayudarle a interpretar correctamente, y modificar esta creencia dentro de su Lógica Privada.
No es trabajo fácil ni una receta mágica, pero los resultados merecen la pena porque evitan mucho sufrimiento por ambas partes.
Para ello, tendremos que seguir los siguientes pasos:
1.- Detectar la creencia errónea que tiene (en función de cómo actúa)
2.- Entender de dónde viene o cuál es esa necesidad que está intentando cubrir y no lo logra
3.- Plantear un plan de acción para cubrir esa necesidad desde el amor
4.- Estar atentos para cubrir esa necesidad cuando nuestro hijo pruebe otros comportamientos más adaptativos y positivos para su desarrollo, reconociendo sus logros.
La necesidad de pertenencia y conexión
Una vez que entendemos esto, nos damos cuenta de como seres humanos que somos, nuestra necesidad de conexión con otros es tan grande que hacemos todo lo que está a nuestro alcance para satisfacerla, aunque en ocasiones sea de forma negativa o poco adaptativa.
Por eso, en nuestros cursos de Montessori como el Diplomado universitario y en el curso exprés de Disciplina Positiva hablamos mucho del sentido de pertenencia y lo importante que es satisfacer estas necesidades.
Maria Montessori ya hablaba de la importancia de conocer las Necesidades y Tendencias Humanas, y en nuestra escuela y publicaciones hablamos en siempre de cómo establecer los límites de forma positiva para que nuestros hijos se sientan conectados y respetados.
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