Queridas familias,
Hoy tenemos nuevo artículo de Natalia Santibañez, que nos habla de uno de los grandes temas que nos preocupan a las familias, ¿cómo quitar el pañal de forma respetuosa?
Ahí va!
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En el camino hacia la autonomía del niño, uno de los momentos clave es el del control de esfínteres.
El pequeño primero empieza a andar, luego aprende a decir sus primeras palabras y enseguida sin darnos cuenta nos encontramos con que ha de olvidarse de sus grandes amigos los pañales. Surgen entonces multitud de preguntas: ¿qué edad es la mas adecuada para empezar? ¿cuál es la mejor manera de hacerlo?¿estará preparado para ello? ¿qué pasos he de seguir?
Existen muchas opiniones diferentes, y con este post únicamente quiero poder ayudaros en este transito que supone dejar el pañal.
Decir adiós al pañal es un proceso de aprendizaje; hay que enseñar al niño como hacerlo siempre desde una perspectiva respetuosa y por supuesto y no menos importante ponerlo en práctica en la edad adecuada.
¿Qué entendemos por control de ensfínteres?
El control del esfínteres es un hito del desarrollo con una base fisiológica muy importante. Su adquisición no depende de la voluntad del niño o la niña, ni de lo que hagamos desde fuera los adultos. Si no que, es un proceso que el niño y la niña logra de manera autónoma y progresiva, cada uno a su ritmo.
Para que haya un control de esfínteres es necesario, primero una suficiente maduración fisiológica, para adquirir el control de los músculos de los esfínteres. Pero también es necesario que haya una maduración cognitiva, para que los niñ@s entiendan las explicaciones que les damos con respecto al tema en concreto. Y por último, y no menos importante, es necesaria una maduración emocional. Es decir, que el niño y la niña, ha de sentirse seguro y estar emocionalmente preparado para dejar ese objeto de apego que le ha acompañado durante tantos años, nuestro amigo el pañal.
¿Cuándo es el mejor momento para dejar el pañal?
Como ya sabemos los niños y niñas nacen en todos los meses del año, y además cada uno tiene un ritmo propio de maduración, habrá niños que lo dejen en verano, otros en otoño, otros en invierno y otros en primavera, lo importante es no tener prisa y no forzar el proceso.
En cuanto a la edad, depende de cada niño o niña y el margen es muy amplio.
- Según Schore (1996) “hasta los 18 meses, aproximadamente, el niño no ha madurado las conexiones entre el cerebro, el sistema nervioso autónomo y los músculos de los esfínteres que le permitan tomar conciencia de sus estados corporales internos y controlar de forma voluntaria la evacuación de las heces y la micción”.
- Villamarín en su libro Cirugía pediátrica, expresa: “A los cuatro años o cinco años de edad, el reflejo de micción debe estar totalmente integrado en la corteza central. El niño ahora tiene conciencia del deseo de orinar, así como la capacidad para iniciar, interrumpir o posponer la micción por contracción de la musculatura voluntaria y relajación del detrusor.”
¿Cómo sabemos si están preparados?
Los niños y niñas nos comienzan a dar señales de que van madurando y en cierto modo están preparados para comenzar con el control de esfínteres. Algunas de estas señales son:
- Es capaz de sentarse y levantarse del orinal el solito
- Demuestra interés por sentarse y hacer sus necesidades
- Manifiesta desagrado o se encuentra molesto cuando esta sucio
- Hace pis/caca cuando se sienta en el orinal o wáter
- Expresa de forma verbal o gestual que se ha hecho pis o caca
- Mantiene el pañal seco durante tiempo, entre los cambios
Además, es importante cuidar que en el momento de quitar el pañal no atraviese ningún momento delicado emocionalmente o cambios significativos como el nacimiento de un hermano, separación de padres…
¿Qué podemos hacer desde una visión respetuosa?
- Podemos preparar el ambiente con todo lo necesario, para que se sienta cómodo: orinal, asiento, espejo, pápel del water, calzoncillos/bragas, pañales de entrenamiento, libros/cuentos, lavabo a mano (con pedestal o en el videt)
- Podemos proporcionarle pañales que no absorban tanto
- Dotarle de ropa fácil de poner y quitar (pantalones con elástico arriba)
- Podemos involucrarlo en las horas en las que nosotros vamos al váter para que nos observe.
- Podemos acompañarle, aceptar y respetar que no es su momento y que necesita tiempo, como todo lo que ha ido haciendo desde pequeño…un ser humano no nace andando…ni tampoco controlando su esfinter…ambas cosas necesitan de su PROCESO NATURAL.
- El control de esfínteres va ligado a un proceso madurativo del cerebro del niño, esto no significa que cuanto más maduro, más listo el niño. Hablamos de que el cerebro establece conexiones entre el cerebro, el sistema nervioso y los músculos que controlan el esfinter. Hasta que eso no se da…el niño no tiene conciencia de su cuerpo, no controla por tanto, de forma voluntaria su esfinter.
- Una vez el pequeño esté preparado podemos crear rutinas, el cuerpo es sabio, como un reloj. La misma rutina que tiene el adulto nada más levantarse o acostarse le puede beneficiar al niño.
Actitudes que favorecen el proceso
- Debemos ser pacientes con el control de esfínteres pues puede que al principio se le escape, pero es normal, esta aprendiendo. Debemos valorar lo difícil que es y apoyarles intentando prever los posibles escapes.
- El tiempo que este en el orinal debe ser breve, aunque no haga nada.
- Se animará y valorará cuando el niño haga pis o caca, sin exagerar las reacciones de alegría.
- Procuraremos que la ropa del niño sea de fácil manipulación para favorecer su autonomía e independencia del adulto.
- El orinal estará en el cuarto de baño ya que en casa, ese es su lugar
- Es importante llevar siempre ropa de repuesto, incluyendo zapatos, por si hay escapes.
En definitiva, el niño y la niña acabarán controlando esfínteres antes o después, nosotros como adultos únicamente tenemos el mando sobre cómo puede vivir ese proceso.
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