Queridos amigos,

Hoy estoy muy feliz de presentaros a una nueva colaboradora del blog, Silvia Alonso Cabello, madre y pedagoga por vocación, graduada en Pedagogía en la Universidad Complutense Madrid, Máster en Psicodiagnóstico y Test Proyectivos y Máster de doble titulación en Mediación Familiar y Resolución de Conflictos, que he tenido la suerte de conocer gracias a mi curso Montessoriza tu vida.

Silvia estuvo trabajando varios cursos con niños dándoles clase de robótica educativa con Lego Wedo, Lego Mindstorm, Scratch, Blue Boots, experimentos científicos para niños… (desde los 3 hasta los 9 años), también en estimulación temprana (varios años con niños de 0 a 6 años, trabajando la psicomotricidad, estimulación sensorial, actividades, expresión corporal, etc. ), como profesora de apoyo educativo en colegios desde primaria hasta 4° eso y también realizó  varios cursos de emergencias con niños, seguridad y primeros auxilios y monitora de campamentos.

En la universidad descubrió Montessori y desde ahí empezó a formarse e investigar sobre su método: ambientes preparados, materiales Montessori de 3 a 6 años (vida práctica, sensorial, matemáticas…) y ahora está formándose en primaria.

Tiene la suerte de que su familia siempre le ha motivado para que continúe con su formación, que por cierto le apasiona, por ello no ha dejado de estudiar. Le encanta la naturaleza y la cocina, ambos ambientes idílicos para trabajar con los niños. Cree firmemente en que este mundo necesita un cambio y, que ese cambio, solo será posible a través de la educación y el aprendizaje.

 

Las barras numéricas Montessori

Las barras numéricas grandes o barras rojas y azules grandes son maravillosas porque ayudan a aclarar ciertos aspectos básicos de las matemáticas. Un ejemplo de esto es que, gracias a estas barras, aprenden conceptos muy abstractos sobre los números o las cantidades.

Normalmente, en la educación tradicional se dan a los niños objetos individuales (como manzanas o caramelos) para mostrarles los números o cantidades.

El problema surge en que, aunque nosotros le demos 4 manzanas y les digamos que son 4, ellos simplemente ven 1,1,1 y 1. Lo ven por separado. No ven ni entienden el concepto 4 que, de este modo, al estar unidas las cantidades en las barras, pueden aprenderlo rápida y eficazmente gracias a su alto contenido sensorial.

De este modo, pueden deslizar su dedo índice por la barra número 4, los niños pueden interiorizar que el 4 es una unidad indivisible formada por 4 partes.

María Montessori se dio cuenta de ello y por ejemplo, la barra del 3 es una única barra con tres partes unidas, y así ayudamos a que lo comprendan antes y mejor..

Son el primer material del área de las matemáticas que se les presenta a los niños. La edad adecuada que debe tener el niño para realizarle la presentación es a partir de 3 años o 3 años y medio.

Es importante presentar este material una vez se ha presentado y trabajado anteriormente con las barras rojas grandes de la parte sensorial.

El material, está formado por diez barras de madera rectangulares y tienen el mismo tamaño que las barras rojas de la parte sensorial: la más corta tiene una longitud de 10 cm y va incrementando su longitud en 10 cm cada barra, hasta que llegamos a la más larga de 100 cm (1 metro). Todas poseen 2,5 x 2,5 cm de lado.

Los colores se van alternando, entre rojo y azul, cada 10 centímetros porque cada una de esas partes va a representar una unidad.

Este material, tiene unos objetivos directos muy importantes:

  • Introducción al concepto de cantidad.
  • Primeras aproximaciones al sistema métrico decimal.
  • Iniciación a la numeración y al conteo.
  • Crear una relación entre la cantidad y el símbolo del 1 al 10.

Por otro lado, podemos observar los objetivos indirectos:

  • Trabajar la lateralidad. Esto les ayudará a adquirir la mayoría de los nuevos aprendizajes a partir de los 4 años. Su estimulación temprana es básica para evitar errores comunes en operaciones, lecto-escritura, memoria, etc.
  • Trabajar las habilidades visuales (agudeza visual, coordinación óculo manual, etc.).
  • Mejorar el movimiento, equilibrio, postura (a través de los sentidos vestibular y propioceptivo) para una correcta maduración cognitiva.

 

Sabemos que el niño está preparado para adentrarse en el ámbito de las matemáticas a través de nuestro instrumento más importante: la observación.

Antes de pasar a explicarte cómo se trabaja este material me gustaría decirte que algunas tiendas que lo distribuyen tienen una opción a tamaño reducido mucho más económica que la original, por si te animas a tenerla en casa, (en realidad este material se trabaja después de las barras grandes, para introducir pequeñas sumas o restas, los símbolos de mayor y menor, etc, pero bueno, es una opción).

Cómo presentarlas

Debemos invitar al niño a la presentación y, si acepta, nos iremos juntos a recoger el material. Lo puede llevar el guía (o el padre que trabaje con él en casa), él mismo o los dos juntos. En algunas escuelas, el material suele encontrarse en horizontal en una estantería, pero también lo podemos encontrar en un pedestal como este, que es el que tenemos nosotros en casa. Si nunca ha trabajado con este material, debemos enseñarle cómo se transporta adecuadamente. Siempre se transportan las piezas de una en una.

Tomaremos las barras numéricas grandes rojas y azules y dos alfombras grandes de trabajo y nos dirigimos a nuestro espacio de trabajo (puede ser sobre una mesa o directamente en el suelo).

 

 

Dependiendo de si somos diestros o zurdos, debemos colocar al niño en el lado contrario a nuestra mano dominante. Si somos diestros, el niño se sentará a la izquierda para que pueda observar en todo momento el procedimiento y no taparle ningún paso intermedio.

Iniciaremos la presentación explicándole el nombre del material: “Te voy a presentar este material, que se llama barras numéricas grandes”.

En una primera presentación, invitaremos al niño a que ordene las barras en orden creciente para que sea consciente de que estas barras son iguales (excepto por el color) que las rojas del ámbito sensorial (con las que ya ha trabajado con anterioridad). Como control de error utilizaremos la pieza más pequeña, la de 10 cm (la más pequeña) para comprobar si están correctamente ordenadas.

Para una segunda presentación del material, se les enseñaría a los niños el nombre de cada barra. Para ello, se utilizará una lección en tres periodos. Este tipo de lecciones son muy utilizadas con los materiales Montessori porque ayudan a los niños a interiorizar el aprendizaje. La lección en tres periodos, siempre tiene el mismo esquema: “Esto es X”, “¿puedes darme X?” y “¿Qué es esto?”.  Un ejemplo sería presentarles el nombre de cada barra de esta forma:

Cogemos las tres primeras piezas y el resto las apartamos para no desconcentrar al niño.  Tomamos la primera y le decimos mientras deslizamos el dedo índice de nuestra mano derecha (si somos diestros): “esto es uno, uno, uno”. Una vez hecho esto, se lo damos para que lo pueda tocar y sentir. Posteriormente, lo dejaría en la superficie de trabajo.

Después, tomamos la siguiente pieza, mientras la repasamos de la misma forma que la anterior (deteniendonos en el cambio de color), le diremos: “esta es dos, dos, dos”. Después, se lo cedemos al niño para que lo pueda ver y sentir. Le podemos invitar a que lo repase del mismo modo que hemos hecho nosotros. Lo volvemos a dejar en la superficie de trabajo.

Por último, realizaríamos el mismo procedimiento con nuestra última pieza: el tres. Una vez ha terminado el niño, lo dejaría y pasaremos a la segunda parte de la lección.

En esta, le iremos haciendo una serie de preguntas al niño para saber si ha interiorizado la lección correctamente. Podrían ser:

  • ¿Puedes señalar uno?
  • ¿Puedes señalar tres?
  • ¿Puedes repasar dos?
  • ¿Puedes darme tres?
  • ¿Puedes poner uno aquí?
  • ¿Puedes darme tres?
  • ¿Puedes darme dos?

 

 

Una vez observamos que el niño ha interiorizado la lección correctamente, podemos pasar a la última parte de esta lección en tres periodos. En esta tercera parte, pediremos que sea el niño quién nos diga el nombre de cada barra. Por ejemplo: “¿Puedes decirme cómo se llama este?” y el niño responderá el nombre que corresponda.

Cuando observemos que el niño ha aprendido esta lección con las tres primeras barras, podremos pasar a las 3 siguientes. Es importante no dejar de observar al niño en todo momento. Si está cansado o poco receptivo lo podemos dejar para otro día.

En la siguiente lección en tres periodos utilizaríamos las barras 4, 5 y 6. Después 7, 8 y 9. Por último, usaremos de nuevo 8 y 9 e incorporaremos la barra del 10.

Otra presentación sería invitar de nuevo al niño a que ordenara las barras de forma creciente. Una vez que lo ha realizado, le invitamos a que las coloque de tal forma que las barras sumen 10 (la barra del 5 se quedaría sola). Es una forma sensorial de introducirles en las sumas al juntar sencillamente las que tengan una misma longitud.

Hay otra presentación que podemos realizar con este material pero se realiza después de haber trabajado con los números de lija, ya que necesitan conocer los números para realizarla.

 

Para esta presentación, además de las barras numéricas grandes, necesitaríamos unos papeles o tablas de madera con los números del 1 al 10. La presentación consiste en relacionar cada número con su barra correspondiente, y, más tarde, se puede hacer de forma desordenada, pero esto ya no nos cabe en este artículo, lo explico en mis cursos largos como el Máster Montessori Transformation, de momento esperamos de corazón que toda esta información te haya resultado útil, y te anime a seguir investigando sobre esta hermosa pedagogía.

Muchísimas gracias Silvia por esta grandiosa aportación.

 

 

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