Curso  de  autocuidado:

Buena  Vibra y  Mucho flow

 

La conversación entre mujeres en la que te cuento todos mis trucos para aprender a cuidarme y dejar de vivir en una eterna carrera.

¡Quiero conocerlos todos!
Buena Vibra y Mucho Flow - Cuidarte para cuidar de los tuyos

¿En qué consiste el curso?

 

Como siempre digo, para mí Buena vibra y mucho flow no es un curso o una formación. Es una charla entre amigas, entre mamás que compartimos problemas, sensaciones y situaciones. ¿Cuando hablas con tus amigas no ponéis en común vuestras experiencias y os dais consejos para que la situación mejore?

Pues este “curso” es exactamente eso: te cuento mi experiencia, cómo he conseguido salir de espirales bastante complicadas y que técnicas utilizo para no verme arrastrada hasta el fondo por la corriente.

En mi caso, si me conoces un poco, sabrás que uno de mis salvavidas es el yoga. Es mi momento de paz, de mantenerme en forma y de recargar las pilas. Seguro que tú también tienes una afición que te ayuda a vaciar la cabeza y tomar aire. Lo difícil es la creación de un hábito, de incorporarlo de forma más o menos fija a tu rutina para que el autocuidado no sea algo aislado, sino una parte más de tu día a día.

Pues esto es lo que te propongo en esta formación. ¿Te gustaría empezar a cuidar de ti misma como cuidas de todos los que están a tu alrededor? Te cuento cómo lo conseguí yo (y cómo sigo luchando para conseguirlo) y seguro que tú también eres capaz de lograrlo.

Se trata de una formación online que podrás cursar a tu ritmo, con tu propio campus virtual y vídeos que podrás ver tantas veces como quieras.

 

TEMAS

– Presentación: mi propia historia

– Punto de partida: ¿cómo medimos nuestra felicidad?

– El maravilloso concepto japonés de IKIGAY

– Rutina Miracle Morning: cómo hacer que las mañanas transformen tu día

– Pequeños hábitos de cada día

– Meditaciones

– Recursos extra de otras temáticas

 

 

¡No sabes cómo te entiendo! De hecho, me gustaría tomar el curso para comenzar a cuidarme yo también.

Que las mamás que trabajamos y cuidamos de nuestros hijos vivimos con un ojo puesto en el reloj y el otro puesto en ellos es algo que todos tenemos claro, ¿verdad? Y si tuviéramos más, tendríamos otro en el trabajo, otro en la casa, otro en la agenda, otro en los compromisos familiares… Pero rara vez lo ponemos sobre nosotras mismas. ¿Por qué?

  • Por sentimiento de culpa. ¿Cómo voy a preocuparme por mí con todo lo que tengo que hacer?
  • Por falta de tiempo. ¿En qué momento del día tengo cinco minutos para cuidarme?
  • Por el trabajo. ¿Con todo lo que tengo que hacer del trabajo que he descuidado por los niños o la casa, cómo voy a aplazarlo por esto?
  • Presión social y críticas. “Mírala, dedicándose a ella en vez de a los niños…”.
  • Falta de apoyo en casa. ¿Cómo voy a dejar las tareas domésticas, con todo lo que me falta?
  • Obligación de ser perfecta. Nos han enseñado que una mamá debe entregarse al 150%, en cuerpo y alma, en el cuidado de sus hijos…

Y así podríamos citar muchísimos más ejemplos con el que todas nos sentiríamos identificadas, ¿verdad? Pero aquí llega la pregunta clave:


¿Quién cuida de nosotras?
 

Te dejo este vídeo con una entrevista clásica de trabajo para el puesto más exigente y difícil del mundo: el trabajo de ser madre.

Durante mucho tiempo, yo misma me he visto en situaciones como las anteriores. De hecho, mis circunstancias personales hacen que a menudo vuelva a caer en este círculo vicioso. Durante esta formación te cuento un poco mi historia de vida, todas las sacudidas (algunas literales) que he sufrido y cómo me di cuenta de que es muy importante echar el pie a tierra, parar y mirarnos a nosotras mismas.

¿De verdad podemos cuidar bien de alguien si no podemos hacerlo de nosotras mismas? ¿Estamos preparadas para cuidar de alguien sin tener las energías suficientes o sentirnos bien con nosotras mismas?

¿Quieres ver una clase por dentro?

Te dejo este corte de la clase de presentación que publiqué en mi perfil de Instagram para que, si te interesa esta formación, la veas detenidamente y te ayude a reflexionar.

¿Vives con el piloto automático puesto? ¿Los días pasan y pasan pero tú no disfrutas de ellos, son todos iguales? Es una sensación muy común cuando estamos en circunstancias complicadas: nuestra mente se autoprotege, seguimos funcionando por inercia y bloqueamos las malas sensaciones; sin embargo, tampoco somos capaces de disfrutar, de encontrar cosas positivas. Solamente nos dejamos llevar.

También caemos muchas veces en el tópico de tocar fondo para coger impulso. No estamos tan mal, podemos seguir adelante, todo pasa… Pero después salir es muy difícil. Necesitamos apoyos, fuerzas que quizá hayamos ido perdiendo por el camino y podemos vernos en situaciones demasiado complejas para escapar sin más y sin perder nada por el camino.

Como mamás, lo que más nos preocupa son nuestros pollitos y está genial que así sea, pero para ser las madres que merecen y que necesitan, también debemos preocuparnos de estar en condiciones de serlo.

Como decía una buena amiga, es una cuestión de higiene emocional. Si nos duchamos y nos aseamos para no “apestar a los demás”, ¿por qué no nos preocupa igual “apestar emocionalmente”? ¿Por qué en el plano de la salud mental no nos preocupa acumular suciedad?

 

Autocuidados en casa. Para poder cuidar de tus hijos, debes poder cuidar también de ti misma