Muy buenas, amigos:
Aprovechando que se acercan unas fechas y una fiesta muy especial, mi compañera Ángela Gómez ha redactado este post. Nos hablará de cómo podemos conjugar la pedagogía Montessori y el Carnaval, creando una magnífica oportunidad de aprendizaje. Cualquier “excusa” es perfecta para despertar la curiosidad y las ganas de aprender en nuestras niñas y niños y, por supuesto, el carnaval con todas sus peculiaridades es una ocasión muy, muy particular.
Descubre cómo podemos convertir los preparativos, la elección del disfraz y las semanas previas a la fiesta en una auténtica fuente de conocimiento y exploración del mundo. ¡Que lo disfrutes!
Explorando las costumbres locales del Carnaval
Los carnavales son una de las celebraciones que más gusta a los niños y a los mayores por su carácter festivo y por vestir disfraces con colores alegres y llamativos. Hay música por las calles, desfiles y muchas risas. Es una festividad internacional que tiene en cuenta las costumbres de cada lugar. En Venecia por ejemplo, dura 10 días, las personas se disfrazan y salen a la calle a pasear y a hacerse fotos, ya sea en desfiles organizados, o improvisados. Los disfraces son trajes de época del siglo XVII veneciano, como si estuvieran recién salidos de un cuadro de Canaletto.
En España varían las costumbres según la provincia en la que te encuentres, pero debemos destacar que hay seis ciudades donde los carnavales han sido declarados “Fiesta de interés turístico internacional”. Estas ciudades son Cádiz, Badajoz, Santa Cruz de Tenerife, Águilas (Murcia), el Entroido de Xinzo de Limia en Galicia y Las Palmas de Gran Canaria.
Enfoque Montessori: Aprendizaje a Través del Carnaval
Una de las principales características de la pedagogía Montessori es observar y aprovechar cada situación para despertar el amor por el aprendizaje, la exploración y el conocimiento. El Carnaval no iba a ser menos y, desde el enfoque Montessori, podríamos abordarlo de la siguiente forma:
Lo primero es ver el interés y curiosidad de los niños, y a partir de su motivación podemos ir planteando la creación de un disfraz o la temática para que así esta festividad tenga implícito un carácter más simbólico y profundo en vez de algo ya preestablecido. Por ejemplo, os comento, yo soy guía de Comunidad infantil (uno a tres años) y el curso pasado, los niños de mi colegio tuvieron mucho interés en las abejas, temática de la que posteriormente nos disfrazamos en carnavales. Te cuento con detalle cómo trabajamos el proceso.
Preparación previa al Carnaval: descubriendo el mundo de las abejas
Previamente a la celebración de los carnavales, tuvimos la agradable visita de un apicultor en el salón. Este apicultor (que por cierto, era familiar de una niña de mi salón) nos contó muchos datos interesantes de su trabajo como por ejemplo, el que las abejas tienen un papel primordial para la humanidad gracias a la polinización. También nos contó sobre lo especial que es el traje que utilizan los apicultores; nos trajo in situ los panales de abeja (que por cierto son impresionantes: la arquitectura natural que crean las abejas, que nos dejó a todos maravillados), probamos la miel natural en su estado puro y posteriormente a la visita de este señor, en el salón hicimos un coloquio de preguntas y curiosidades sobre el tema donde cada niño/a compartió sus valiosas y genuinas impresiones.
La pedagogía Montessori: aprovechar el carnaval para despertar la curiosidad y el aprendizaje.
Todos quedamos fascinados y esta fue la chispa para realizar todo un proyecto de investigación: trajimos libros sobre las abejas, decoramos con láminas de fotografías reales y realizamos actividades relacionadas con las mismas como el crear velas con cera de abejas, preparar una receta de cocina con miel, construimos modelos de abeja con plastilina, conocimos como se organizan…
Y lo más importante, a través de este proyecto transmitimos el respeto por todos los seres vivos.
“Nada puede sustituir a andar en los bosques y escuchar a pájaros, buscar caracoles en la playa, o ver el crecimiento diario de una flor en el jardín. Desde el comienzo de la vida es vital mantener la conexión entre el niño y la naturaleza.”
Maria Montessori
Llegado el día del carnaval, los niños se disfrazaron orgullosos sabiendo de qué iban y cómo son las abejas. Por este motivo, es fundamental que las actividades que organicemos tengan un conocimiento previo. De esta manera la experiencia va a ser mucho más enriquecedora y significativa. Además, se evita el direccionamiento del adulto hacia los niños. De hecho, es más bien al contrario, se les invita a las niñas y niños a ser los protagonistas del proceso de aprendizaje.
Fomentando la participación activa: la Mesa de Observación
Por último, no podemos terminar sin mencionar “La mesa de observación”, presente en los ambientes Montessori y es un recurso fantástico para poner en tu salón. En ella se van colocando los objetos, libros de investigación, fotografías, creaciones de tus niños y niñas tales como modelado, dibujos…de la temática que estáis investigando. Como puedes ver y como te he contado a lo largo de la entrada, en nuestro caso la temática era las abejas. Pero quizá lo más enriquecedor es cómo se involucran las familias. Son ellas quienes investigan junto a sus hijos sobre los interrogantes que tienen, por ejemplo ¿Cómo pueden hacer miel las abejas?, ¿Si te pican se se hacen daño?, ¿Por qué tienen ese color tan característico?
Recuerda: en Carnaval también debes respetar al niño o a la niña.
Aunque el Carnaval es, por antonomasia, la fiesta de los disfraces en todo el mundo, recuerda que no es obligatorio que tu hijo o hija participen. Si no quieren, les da vergüenza o les da miedo, no caigas en el error de forzarlos u obligarlos.
Disfrazarse implica asumir un papel, convertirte en otra persona, otro animal… Y este proceso, en la mente del niño, no es tan sencillo como nos puede resultar a los adultos.
Quiero dejarte una reflexión de Romina Pérez, de Teta-à-porter, un blog de crianza, que me parece muy interesante:
¿Qué implica disfrazarse?
Romina Pérez Toldi, Teta-à-porter
Disfrazarse es transformarse, es ser otra cosa, sentirse y mostrarse distinto, nos confiere una actitud y un estado de ánimo particular.
Disfrazarse puede ser divertido y estimulante cuando el infante lo escoge, como puede ser incómodo, inquietante y/o terrorífico cuando no es deseado. Además, cuando nos disfrazamos, los otros empiezan a tratarnos distinto conforme a nuestro personaje. Cuántas implicaciones, ¿verdad?
Disfrazarse es una vivencia que puede llegar a ser muy intensa y que por eso mismo debería poder ser elegida por el infante y cuidada por los adultos cercanos. Pero cada año, cuando llega carnaval, se siguen repitiendo escenas en las que bebés, niños y niñas se sienten angustiados y/o confusos, ya sea porque se ven forzados a disfrazarse, porque no comprenden lo que sucede a su alrededor cuando los adultos de confianza aparecen «transformados» y con comportamientos extraños que no logran comprender o porque ese lugar seguro que debería ser la escuela (y el hogar) ha dejado de serlo.
Tanto a nivel familiar como en la escuela, estamos hablando de edades donde sentirse seguro desde la estabilidad del cotidiano y de las personas que acompañan en el día a día es fundamental y debería ser una prioridad antes que el deseo adulto de hacer participar a bebés, niños y niñas de una festividad que por su misma esencia es disruptiva y se baraja precisamente en el juego de confusión entre la realidad y la fantasía o la cordura y la locura.
Espero que os haya gustado este artículo y os sea de mucha utilidad. Por supuesto, si quieres hacerme alguna pregunta, puntualizar algún aspecto o compartir tu experiencia, me encantará leerte en comentarios.
Con cariño y respeto,
Ángela Gómez
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