Queridos amigos,
Tenemos el placer de presentar este nuevo guest post de nuestra colaboradora Ana García, de Femlegal, (puedes leer más sobre ella aquí), el artículo que nos trae hoy es de lo más útil, no dejéis de leerlo!
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El pasado mes de diciembre salía en prensa una encuesta de la que se hacían eco diversos medios de comunicación que reflejaba un alto porcentaje de mujeres embarazadas que eran despedidas de sus trabajos por cuenta ajena. El resultado era abrumador: una de cada cuatro.
En aquel momento, desde FEMLEGAL, ya compartíamos la noticia, pero con un comentario que a mi juicio me parecía todavía más tenebroso…¿a cuánto ascendería ese porcentaje si tenemos en cuenta, por ejemplo, los dos primeros años de edad del bebé y esas madres que, junto con su familia, tiene que hacer verdaderos movimientos de equilibristas para conciliar su vida familiar con la laboral? Sí, son muchas(algunas) las herramientas que la ley pone a nuestro alcance para mejorar esa situación, de algunas ya os hemos hablado en este blog, como la reducción de jornada, o el permiso por riesgo para la lactancia, pero … ¿cuántas son las madres que se “atreven” a ejercer su derecho y cuántas aquellas que se lo callan por miedo a ser despedidas? Nuestra realidad y nuestra experiencia nos lleva a decir que el porcentaje de consultas y problemática es mucho mayor en este momento que en el momento del embarazo, lo que ya no tenemos certeza es del porcentaje que aparecería en esa encuesta, auqnue yo me atrevería a decir que, mínimo, es igual, con lo que estaríamos ante una situación de que la mitad de las mujeres son despedidas en algún momento de su vida laboral, con “causa” en su maternidad.
Y, principalmente, creo que este es el motivo que a muchas nos ha llevado a emprender, a llevar a cabo nuestro sueños y nuestra profesión de manera independiente, emprendedora. Y de ahí el “boom” de negocios relacionados de una u otra manera con las mujeres, en el que yo misma me incluyo, ya que FEMLEGAL surge de un despido improcedente cuando mi hijo aún no había cumplido los dos años de edad. A estos negocios, si algo los caracteriza es que intentan unir profesionalidad y conciliación familiar, seriedad pero también adaptabilidad a las familias. Y por eso nos encuentras, fundamentalmente, en el mundo virtual y no en oficinas presenciales. FEMLEGAL es el resultado de una experiencia de más de quince años, pero también de un querer hacer y saber hacer, de un comprender que la vida va más allá de lo que muchas veces vemos como necesario y, casi siempre, fuera de nuestra zona de confort.
Mi testimonio es este, ya lo conocéis. Sabía quién era, sabía que me gustaba y qué se me daba bien. El despido fue sólo el empujoncito que necesitaba para salir de mi zona de confort, eso sí, de una manera un tanto brisca.
Pero mi caso no es único, ni mucho menos… Os acompaño algunos testimonios de compañeras mujeres que se vieron en una situación semejante y que el “momento crisis” fue resuelto como sinónimo de oportunidad.
“Mi experiencia laboral durante mi primera maternidad fue muy desagradable. Llevaba con ellos casi 8 años, me dejaban a su hija pequeña en mi casa cuando querían salir a cenar… Le notifiqué a la empresa que estaba embarazada de 3 meses un jueves a las 8:30 de la tarde y mi sorpresa fue que al día siguiente viernes a las 9:30 de la mañana mi jefe me esperaba en la oficina de la autoescuela para notificarme el despido porque consideraban que no era apta para mi trabajo. Mi sorpresa fue mayúscula. En ese momento lo que sentí… una mujer embarazada y sola… miedo, rabia, impotencia, más rabia y asco. Para más inri, los insultos… quién eres tu para quedarte embarazada cuando tu marido no se va hacer cargo del bebé ni de ti… buffffff … Todavía me dan escalofríos. Afiliada desde que empecé a trabajar a un sindicato, la recomendación de mi abogado sindical fue que llegara a un acuerdo con la empresa porque no iba a conseguir nada… Yo no daba crédito pero no estaba puesta en el tema así que le hice un poder y bueno… ¡que desastre!. Pero gracias a ese despido abrí un negocio que me mantuvo a flote durante casi dos años y que después traspasé para trabajar otra vez por cuenta ajena, lo que me permitía pasar más tiempo con mi hija. Trascurridos esos dos años desde el despido me llama una abogada del sindicato, que había leído mi expediente y estaba muy enfadada y si estaba dispuesta a denunciar porque había salido una nueva ley… ja ja ja. Han pasado dos años le dije y se disculpó pero ya era tarde para todo… me dejaron a mi suerte y me venían ahora con esto… grrrrrrrrr.
Ayuda ninguna y aun hoy siento ira al recordarlo e impotencia por no haberme informado mejor aunque sinceramente pensé que mi sindicato me estaba informando correctamente y me iban a ayudar (A.M.)”
ORIGINAL: “Quando anunciei no meu trabalho que estava grávida, a ideia nom foi recebida com grande entusiasmo. Depois de sufrir modificaçoms varias no meu posto e nas minhas responsabilidades, um mes antes de dar a luz, pus-me de baixa, e a partir de aí começou o pior: atraso nos pagamentos, más caras, comunicaçoms verbais de mudanças de horários quando me reincorporasse e um longo etcétera com o claro fim de que eu renunciasse ao meu trabalho. Quando comuniquei o meu mes de permisso por lactaçom, dizem-me que nom tem por que pagarme porque esse a eles nom lho pagavam.Em um dia antes da minha reincorporaçom chamam-me e dizem-me que vem que eu nom me quero reincorporar, que a ver se chegamos a um acordo. Eu lhes digo que nom, que eu sim que quero me reincorporar e ao dia seguinte entregam uma carta de despedimento com data de 15 dias depois. Chamo-os para dizer-lhes que igualmente até que chegue nesse dia irei a trabalhar e dizem que nom, que nom me apresente, que me entregam outra carta de despedimento. Finalmente, nom me deixaram reincorporar, tive que reclamar o meu despedimento porque a quantia era inferior ao que me correspondia e sentin-me coma se eu estivera a fazer algo mao….Todo isso em uma empresa para a que tinha trabalhado durante 7 anos sem faltar um só dia e à que tinha defendido como se fosse minha, tudo por ser mãe)” TRADUCCIÓN: Cuando anuncié en mi trabajo que estaba embarazada, la idea no fue recibida con gran entusiasmo. Después de sufrir modificaciones varias en mi puesto y en mis responsabilidades, un mes antes de dar a luz, me puse de baja, y a partir de ahí empezó lo peor: retraso en los pagos, malas caras, comunicaciones verbales de cambios de horarios cuando me reincorporase y un largo etcétera con el claro fin de que yo renunciase a mi trabajo. Cuando comuniqué mi mes de permiso por lactaancia, me dijeron que no tenía por qué pagarme porque eso a ellos no se lo pagaban. Y un día antes de mi reincorporación me llaman y me dicen que bien, que yo no me quero reincorporar, que a ver si llegamos a un acuerdo. Yo les digo que no, que yo sí que quiero reincorporarme y al día siguiente me entregan una carta de despido con fecha de 15 días después. Los llamo para decirles que igualmente hasta que llegue ese día, iré a trabajar, y me dice que no, que no me presente, que me entregan otra carta de despido. Finalmente, no me dejan reincorporarme, tuve que reclamar mi despido porque la cuantía era inferior a lo que me correspondía y me sentí como si yo estuviera haciendo algo malo….Todo eso en una empresa para la que había trabajado durante 7 años sin faltar un solo día,m y a la que había defendido como si fuera mía, todo por ser madre. (M.S.)”
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Ana García
¿Quieres saber más sobre estos temas? Te invito a visitar el blog de Femlegal.
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