Guest post de Ana Belén León Pinto, podéis leer más sobre ella en la sección de colaboradores de la web en este enlace.
- Celebrar la Navidad ¿por qué?
Cada año por esta época, los escaparates de las tiendas se inundan de bolas de colores, nieve artificial y luces, las calles se vuelven más coloridas y allá donde vayas un eco de villancicos te hace canturrear. Todo esto indica que la Navidad está presente, sobretodo para los niños y es, cuanto menos, una época especial para ellos y en general, también para nosotros.
Hay muchos y muy diferentes motivos por los que celebrar la Navidad (por religión, por tradición, por diversión…) y cada familia tiene su forma particular. Unas decoran la casa con un Árbol lleno de bolas y luces, otras con un Belén y un pesebre, otras con “Papás Noeles” y muñecos de nieve de todos los tamaños…
Independientemente del motivo y la forma en que se haga, existe un criterio común para entender porqué celebramos la Navidad. La Navidad es una época muy simbólica en relación al “paso del tiempo” un concepto interesante a transmitir a los niños. Durante este periodo ocurre el solsticio de invierno, y los días empiezan a ser más largos, de forma que la luz poco a poco va ganando a la oscuridad. Pasamos de un año a otro (“Año viejo y Año Nuevo”), donde hacemos balance de lo ocurrido, dejamos atrás lo viejo, lo negativo, y nos enfocamos en lo nuevo y lo positivo. Pero sobretodo se mantiene algo esencial, “la Tradición Mágica”.
Foto obtenida en freeimages.com
- Papá Noel y Los Reyes Magos, símbolos más allá de los regalos.
Dentro de esta “Tradición Mágica” se encuentra aquellos personajes que sobretodo a los niños, les genera una sensación de alegría y que les permite desarrollar aspectos tan importantes como la creatividad y la fantasía.
Papá Noel y los Reyes Magos son en nuestro país los personajes más importantes y tradicionales. Cada país y cada cultura tiene los suyos, pero todos ellos coinciden en algo, tratan de generar emociones positivas en los niños, ilusión, alegría, esperanza… algo fundamental en la sociedad en la que nuestros niños viven y crecen.
En nuestra sociedad estas dos figuras representan personas que traen juguetes a los niños, y por tanto, el elemento materialista tiene mucho peso pero ¿sabemos porque es importante que los niños crean en ellos más allá de lo material?
La clave está en el cerebro del niño y su tipo de pensamiento. La magia es un elemento fundamental para el desarrollo intelectual infantil, es un factor presente y necesario en las primeras fases del pensamiento del niño.
El Pensamiento Mágico es aquel en el que el niño cree que es la causa por la que suceden los acontecimientos en su entorno más inmediato. Es un momento muy importante en el desarrollo global del niño, pues es una etapa en la que el niño se siente el centro del mundo, y en cierto sentido es así (o debería ser así), ya que él es el centro del afecto de sus padres, de sus miradas, de sus comentarios…, y por tanto, el niño tiene sensación de pertenencia al grupo familiar, se siente importante, siente que es tenido en cuenta, algo fundamental para desarrollar un buen nivel de autoestima y un adecuado autoconcepto.
Con el tiempo el pensamiento del niño evoluciona, según crece pasa a ser más lógico al superar diferentes etapas y al adquirir diferentes capacidades y actitudes, pero hechos como la Navidad permiten al niño seguir manteniendo la idea de que los deseos pueden llegar a cumplirse, fomentando el desarrollo de la imaginación, la fantasía, la creatividad, la ilusión, la esperanza…
Creer que seres mágicos pueden venir volando en trineo o camello, pueden recorrer el mundo entero en una noche, y entrar en nuestra casa sin que los veamos, e incluso que visitan la casa de todos los niños del mundo…, creer en seres que reparten felicidad, amor, sonrisas y protección genera emociones muy positivas y nos hacen sentirnos unidos a una cultura y un grupo social común desarrollando actitudes optimistas.
Foto obtenida en Freeimages.com
Recursos para fomentar el pensamiento mágico y que tus hijos disfruten de una Mágica Navidad.
- Fomentar la ilusión y la esperanza sin centrarnos en si les traerán los juguetes que esperan. Es importante cuidar la comunicación y los mensajes que transmitimos nuestros hijos, si les condicionamos a portarse bien para que Papá Noel o los Reyes Magos les traigan los juguetes que han pedido fomentamos más el materialismo que la esperanza, la ilusión y la alegría.
- Dirigir la atención más hacia el mundo de la fantasía que al de la realidad. Como ya hemos dicho el pensamiento mágico es importante para un desarrollo cognitivo y psicoemocional sano, por ello, es importante que los papás desarrollemos la creatividad para contarles historias que les permitan viajar con la imaginación al “País de la Navidad donde Papá Noel tiene su casa…” o “hacer un viaje imaginario por aquellos países donde los Reyes Magos van dejando su magia y sus buena acciones…” ¡Es increíble comprobar cómo cuando los niños conocen estas historias y les sumergimos en este mundo de fantasía, los juguetes pasan a un segundo plano!
- ¡Que nos vean disfrutar a nosotros también! Es fundamental que los niños vean que sus padres disfrutan con lo que ellos sienten como un acontecimiento alegre, disfrutar de las luces, las canciones, los juegos con ellos… Las reuniones en familia fomenta en los niños la capacidad de sentir felicidad, les ayuda a entender la importancia de estar en familia sin necesidad de nada más, les permite sentir empatía y sentirse unidos a través de lazos afectivos.
Ana Belén León.
Pedagoga especializada en Educación y Crianza Emocional.
Y tú ¿fomentas en tus hijos el pensamiento mágico…? ¿Qué trucos tienes para hacer disfrutar a tus hijos de la Navidad?
¡Desde aquí os deseo a todos una Feliz Navidad llena de fantasía y alegría!
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