Hoy os vengo a hablar de un maravilloso juguete que acabamos de recibir en casa y es la diversión de toda la familia: la tabla curva. , que encuentra su origen en la pedagogía Waldorf pero que en los últimos años es como un imán para pequeños y no tan pequeños desde que Hannelore Baau y Wourte Haine, fundadores de Wobbel Board en los Países Bajos decidiera renovarla con mucho amor y mucha pasión.
La fabrican con madera de haya europea procedente de bosques gestionados de forma responsable con certificación FSC. Los árboles se talan de manera responsable en un ratio de 300 km alrededor de sus instalaciones, y la caracterísitica curva se logra superponiendo capas a las cuales se las somete a alta presión hasta alcanzar el diseño característico.
Se trata de una propuesta de juego desestructurado y abierto a la experimentación en la que los niños encontrarán mil formas de etretenerse y disfrutar a lo grande.
Además, sigue la filosofía de una cita que me encanta:
Cuantas menos cosas haga un juguete, más hará la mente de un niño.
¿Cómo se utiliza?
Lo que más me gusta de este material es que abarca prácticamente todas las etapas de juego: desde los 18 meses o incluso menos hasta los 99 años, por decir una edad.. Es decir, ¡invita al juego a toda la familia, pasando momentos enormemente divertidos!
Lo más caracterísitico a la hora de jugar con la tabla es que los peques aprenden mucho sobre el control de su cuerpo y el equilibrio, ayudando al desarrollo del sistema vestibular. Por ello es importante que cuando se utiliza con este enfoque intentemos subirnos sin calcetines, para de este modo estar más firmes y evitar resbalarnos.
Tal y como decimos siempre en Montessori, el movimiento va íntimamente ligado al desarrollo de la inteligencia, por lo que es importante trabajar la consciencia sobre el propio cuerpo y la propiocepción desde edades tempranas.
Además de la infinidad de juegos de psicomotricidad que podemos inventar con ella, también invita al juego simbólico: puede convertirse en un columpio, un tobogán, una hamaca, una cuna, una cabaña, un puente, una carretera, un taburete, un asiento una mesa, la espalda de un animal..
Además, hay opción de pedirla forrada con fieltro, de este modo podemos utilizarla directamente en el suelo sin necesidad de una alfombra y será muy silenciosa y respetuosa.
Podría hablarte de muchas razones para regalar la tabla, pero quiero resaltar estras tres:
- Es “para toda la vida”. Al estar fabricada con madera noble podrá pasar de generación en generación, la podrán heredar primos o sobrinos o incluso llegado un momento podríamos venderla de segunda mano, ya que al igual que los materiales Montessori se conserva estupendamente, no es como un juguete de plástico que con el tiempo acaba rompiéndose o perdiendo alguna pieza.
- Fomenta la creatividad de niños y adultos. Al ser una propuesta de juego desectructurado nos hace desarrollar nuestra imaginación para pensar mil formas de utilizarla, tanto cuando se utiliza de balancín para hacer juegos de equilibrio o incluso posturas de yoga, como para leer, convertirla en parte del juego simbólico.. etc Además, su diseño es de una belleza estética que se integrará perfectamente en cualquier estancia de la casa dando un toque de decoración muy original que invita a descubrirla.
- Respeto por el medio ambiente. A mí me gusta mucho educar en valores, y creo que poco a poco podemos ir cambiando el enfoque consumista que nos ha grabado a juego la sociedad por uno más minimalista: menos es más. ¿Y si cambiamos tres o cuatro juguetes de plástico fabricados en lugares donde la mano de obra es muy barata y se respetan más bien poco los derechos de los trabajadores por un material educativo que esté fabricado de una forma mucho más respetuosa? Como he comentado al principio, la tabla curva Wobbel Board está elaborada con madera de haya procedente de bosques sostenibles del entorno, y además las pinturas y acabados con los que se recubre la madera son libres de tóxicos. Las que incorporan corcho o fieltro también son de origen natural.
Aquí en la foto se puede ver a una niña de diez años leyendo como si fuera una hamaca.. 😍😍
Gran variedad de opciones
La tabla curva se adapta a las necesidades de cada familia.
Clásica:
Se recomienda a partir de los 18 meses, pudiendo ser un regalo muy interesante para el primer cumpleaños.
Mide 90 centímetros de largo por 30 de ancho, y aguanta hasta 200 kg, por lo que podemos subirnos toda la familia, ¡esta es la que tenemos en casa!
Starter
Para los más pequeños de la casa tenemos esta otra opción, que es un poco más pequeña y ligera que la clásica y está homologada desde los cero años.
Miede 70 centímetros de largo y 27,5 centímetros de ancho, pesa 2 kilos y aguanta hasta 100 sin problemas.
Original:
Esta es una tabla de edición limitada que cuenta con un diseño espectacular: la primera y última capa de madera están formadas por una madera (FSC) de rayas cálidas y las capas intermedias están hechas con la ya famosa madera de haya (FSC) con la que la empresa Wobbel realiza sus tablas curvas.
Si con todo lo que te he contado hasta ahora has sentido mariposas revoloteándo en tu estómago te daré una buena noticia.
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