Muy buenas de nuevo, amigos:
Hoy quiero hablaros de un material Montessori al que muchas veces no damos el protagonismo que merece. Se trata de las pizarras Montessori, que favorecen enormemente el desarrollo de la lectoescritura durante la infancia. Quizá sean menos “vistosas”, pero son un material que podemos incluir en casa o en el aula y trabajarlas junto con las letras de lija. ¡Te cuento más!
Las pizarras Montessori deben empezar a ser vistas como aliados educativos fundamentales, trascendiendo su función básica de superficies para escribir. Te invito a que nos adentremos en el mundo de estas pizarras y exploremos cómo pueden marcar la diferencia en el desarrollo integral de los niños.
Beneficios del trabajo con Pizarras Montessori
El uso de pizarras Montessori no se limita a la escritura; va más allá, moldeando habilidades cruciales en los niños. Desde la coordinación motora fina hasta la creatividad y concentración, examinemos detenidamente cómo estas herramientas contribuyen al crecimiento infantil.
Más que simples superficies, las pizarras Montessori despliegan una importante cantidad de beneficios. No se limitan sólo a las habilidades relacionadas con la escritura, que por supuesto existen, hay mucho más:
- Coordinación óculo manual.
- Motricidad fina y gesto de la pinza dactilar.
- Estimulación de la creatividad.
- Concentración.
- Control espacial.
Como todos los materiales, las pizarras Montessori también incorporan un control del error. Éste se aprecia claramente en las pizarras de línea, de cuadros y de pauta Montessori, donde el espacio de cada carácter queda claramente delimitado.
Aquí muestro una foto de mi hijo practicando las grafías cuando tenía seis años. Lo que más nos gustaba a ambos es que en Montessori no señalamos el error, sino que lo entendemos como una grandísima oportunidad de aprendizaje. Cuando había rellenado cada uno de los cuadros, él mismo rodeaba con un círculo o ponía un tick a la letra que le había quedado mejor desde su punto de vista, poniendo el foco de este modo en alentar el esfuerzo y no centrándonos en los errores que por supuesto forman parte de todo proceso de aprendizaje.
Tipos de Pizarras Montessori
Hay cuatro tipos pizarras Montessori. Su tamaño es de 50 x 32 centímetros y también existe un stand para colocarlas de forma ordenada dentro del aula.
Cada una de ellas está diseñada para abordar aspectos específicos del aprendizaje. Veamos en detalle las variedades disponibles y cómo cada una se enfoca en habilidades particulares, desde trazos iniciales hasta escritura más avanzada.
Pizarra Lisa
La pizarra lisa proporciona una superficie abierta para que los niños practiquen trazos amplios. Las leyes de desarrollo (céfalo-caudal y próximo-distal sobre todo), nos dicen que primero se controlan las partes del cuerpo más cercanas a la cabeza y el torso. Por tanto, los niños y niñas de. infantil tienen antes el control del hombro, luego de la articulación del codo, después de la muñeca y por último los dedos, por eso es importante que al principio permitamos hacer trazos muy amplios sin limitar tanto el espacio.
Al centrarse en el espacio total de la pizarra, esta pizarra permite que se sienten las bases para el desarrollo de la escritura y la coordinación motora.
Podemos trabajar con el niño o la niña trazando trazos libres y después líneas horizontales de izquierda a derecha, el sentido de la escritura. También con líneas verticales, trazadas de arriba hacia abajo, o con otras formas geométricas.
Pizarra de línea
A continuación podemos pasar a la pizarra de líneas, en la que las manos de los niños exploran libremente, creando trazos grandes y fluidos que fomentan la destreza motora. Esta pizarra actúa como un lienzo en blanco (con divisiones) donde la creatividad y la destreza se encuentran.
Al tratarse de separaciones horizontales, ayuda al niño o la niña a comprender el sentido de la escritura. Entre cada línea debemos dejar una separación de 5 cm.
Aquí, cada trazo se alinea con las marcas horizontales que ya existen, fomentando la estructura y la organización. Los niños aprenden a navegar dentro de estos límites, preparándolos para la escritura más formal.
Pizarra de cuadros
Con límites más definidos, la pizarra de cuadros guía a los niños hacia trazos más precisos. Los espacios cuadrados de 5×5 cm invitan a explorar trazos dentro de un marco mucho más específico y delimitado, preparándolos para la escritura de letras y números.
En este entorno estructurado, cada cuadro se convierte en una pequeña obra de arte, dando forma a la escritura de manera organizada y precisa. Los niños encuentran en esta pizarra un terreno donde la creatividad se ajusta a límites específicos.
Una forma de trabajar la motivación intrínseca es mostrar a la criatura sus avances en el proceso. No debemos centrarnos en los errores si alguna letra o número no le sale bien, hay que alentar para que continúen progresando.
Para poder llevar a cabo este trabajo, el peque debe haber conocido previamente las letras y haber trabajado con materiales previos al inicio de la escritura como los resaques metálicos o el alfabeto móvil. Podemos colocar junto al “lienzo” algún carácter del propio alfabeto móvil o una letra de lija para que identifique la forma y pueda plasmarla en la pizarra.
Pizarra con Pauta Montessori
La pizarra con pauta Montessori delimita el espacio para el cuerpo de las letras y la separación entre ellas. Esta pizarra prepara a los niños para la transición a la escritura en papel, combinando estructura y libertad.
Dentro de estos confines específicos, los niños perfeccionan sus habilidades de escritura. La pauta Montessori guía, pero también permite libertad creativa, preparando el terreno para una escritura más formalizada.
Aquí ya podemos trabajar la proporción entre las grafías así como la regularidad en los distintos planos de las letras.
Para ello hay que conocer la proporción de las letras respecto a la pauta:
- Hay siete letras que suben ( b, d, h, l, k, ll, t )
- Hay cinco letras que bajan. ( g, j, p, q, y ).
- Hay una letra que sube y baja ( f )
- El resto de letras no sobresalen de la pauta de escritura y por tanto son del mismo tamaño.
Hazlo en casa: Crea tus Pizarras Montessori al estilo DIY
El proceso de creación de pizarras Montessori en casa no solo es económico sino también divertido. Descubramos métodos DIY para confeccionar estas herramientas educativas, involucrando a los niños en el proceso creativo.
Pizarra de Madera y Tiza
La simplicidad se encuentra en la pizarra de madera y tiza. Es como una vuelta a los orígenes, con el plus sensorial que le da al peque utilizar la tiza, cuya experiencia es mucho más rica en matices que la de un bolígrafo o rotulador.
Podemos construirlas con tablones de madera de 30 cm de alto por 50 cm de ancho, pintura de pizarra y cinta adhesiva de aproximadamente 1 cm de ancho. Este método DIY ofrece efectividad y asequibilidad.
Si lo prefieres, en lugar de los tablones de madera, puedes comprar las pizarras en alguna tienda o en Amazon.
En este proceso, cada paso cuenta: desde la elección de los materiales hasta el secado de la pintura. Los niños pueden participar activamente, personalizando sus pizarras desde el principio, lo que les hará trabajar con más ilusión cuando utilicen el material.
Quizá te interese si te animas a trabajar este material con tiza, así que te dejo por aquí el borrador que he comprado. Es de materiales naturales y el proceso de borrado también llamará mucho la atención del niño o de la niña:
Pizarras Imprimibles A4
Las pizarras imprimibles A4 ofrecen practicidad y versatilidad. Imprime, plastifica y utiliza rotuladores para crear una opción fácil y de bajo costo.
Te dejo aquí un imprimible, adaptado al tamaño A4, para que lo utilices de guía si la necesitas. En la misma plantilla, si no tienes rotuladores acrílicos, te dejo unas líneas de 0,5 cm para que las recortes y las pegues para delimitar los espacios.
Aquí, la creatividad se fusiona con la practicidad. Podemos imprimir a los peques sus propias pizarras, añadiendo un toque personal antes de sumergirse en el aprendizaje.
Puedes utilizar cartulinas verdes tamaño A4, trazar las líneas con rotulador acrílico y, posteriormente, usar una plastificadora o utilizar el clásico forro adhesivo para los libros escolares.
¿Habías trabajado alguna vez con este material? ¿Qué progreso o cambios has podido reconocer en el trazo y la escritura de tu peque?
Si te queda alguna duda o quieres hacerme alguna pregunta, por favor, siéntete libre de hacerlo en los comentarios. La finalidad del artículo es resolver dudas y quizá alguna en particular no esté desarrollada.
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